LA TRISTEZA DE UNA PRIMERA VEZ FRUSTRADA

Cuando entras por primera vez a formar parte de una Hermandad, y más cuando se hace en una de las cuadrillas de costaleros de la misma, y ese mismo año la cofradía se queda en casa sin poder realizar estación de penitencia por culpa de la lluvia, la frustración es incontenible.

Muchos ensayos, kilómetros, esfuerzo truncado por los caprichos del cielo. Después de varios meses veo estas imágenes y solo puedo pensar en que pasen pronto los días que quedan para volver a vivir un Domingo de Ramos en Sevilla, esta vez, como lo había soñado.