jueves, 23 de diciembre de 2010

LORETO, CAJÓN INMENSO DEL VIERNES SANTO





Una y mil veces me subiré a ese avioncito,
que planea en tu mano,
una y mil veces seré pasajero
en un viaje que acaba
en una pequeña cuesta
que lleva a San Isidoro.
Y en una tarde de Viernes Santo,
golondrinas y vencejos planean airosos,
y tu palio es jaula repujada
en donde cantan jilgueros y canarios
cada Domingo de mañana
en la cercana plaza de la Alfafa.

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