Y LLEGARÁ EL JUEVES SANTO...

Cuando el azahar se cuele entre los recuerdos y nos dibuje una sonrisa en nuestro rostro; cuando las golondrinas vuelvan a sus nidos para darle de nuevo vida; cuando en la madera de la rampa se escuche el corretear de los chiquillos que juegan; y cuando en San Agustín se abran las puertas, todo comenzará en la ciudad que corona de flores a una Madre por ser original Sagrario, y que le rinde el mayor de los cultos a su Hijo por ser el enviado de Dios Padre para salvar el mundo que vive en pecado.

Y llegará el Jueves Santo..., y a ti acudiremos sedientos, orantes y suplicantes, a que nos des de beber, Virgen bonita, de tu agua bendita.

Y llegará el Jueves Santo..., y las campanitas de la iglesia repicarán cuando los costaleros te llevemos al cielo, rodeada de tus claveles blancos, traeremos perfumes de olivo mientras Linares esperará impaciente que el incienso se haga presente entre sus calles y plazas.

Y llegará el Jueves Santo..., y por Linares irá un Cristo Prendio, caminando con el pie descalzo y el corazón abierto, con sabores marineros, con la mirada baja, triste y perdida en un mar de gente que desangra su corazón a tu paso, hasta que saliendo de calle Rosario, alzarás Tu mirada al escuchar saliendo de San Francisco, el sonar de los Rosarios que Tu madre trae bajo su paso.

Y será entonces, cuando nadie te vea Madre, cuando desatarás a tu hijo cautivo para que te ayude a liberar del dolor a tanto enfermo y desvalido. Y como te dije en su día, espero que algún día, hasta el hospital de San Agustín seas llevada, no para curarte, sino para que des Tú, la salud, a todos los enfermos linarenses.

Y será entonces cuando tu palio quizá será, azul como el mar, olas serán tus bambalinas, y entre varal y varal, llevaras flores divinas, que perfumaran las esquinas.

Y será entonces cuando comprenderemos mejor, como nuestro Cristo tiene la cara tan hermosa, pues de madre tan bella y con esa carita de rosa, no podría salir otra cosa que un clavel rojo, un lirio, o un pensamiento, que es Jesús en su Prendimiento ¡¡

Y llegará el Jueves Santo..., y la tradición, la fiesta, la devoción y el sentimiento se unirán, al igual que una madre y un hijo caminan unidos frente a frente siguiendo el mismo compás, y nuestro corazón arderá, se quemará, y se enfriará de dolor, dolor que emanará de un indescriptible sentimiento difícil de plasmar, gestos y miradas que no se pueden unificar, que son símbolos de un profundo sentir, exclusivo de nuestra gente, se forjará de nuevo en el interior de un templo que solo rebosará alegría, la alegría que solo una tarde de Prendimiento y Rosario es capaz de dar.

Ya se huele la ciudad que aclama una Semana, se escucha, ya se siente el rachear del esparto. Abre tus puertas San Agustín, que Linares impaciente está esperando¡¡


Artículo publicado en el boletín de Cuaresma de la Hdad del Prendimiento. Autor: Jaime Galán